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.El navegador parecía hablarle a él, no a la Madre Superiora, y eso seguro que la irritaba.—Los antiguos maestros tleilaxu sabían crear melange con los tanques axlotl.Tú redescubrirás el proceso para nosotros.—El rostro inhumano y distorsionado del navegador flotaba detrás del cristal.Por dentro Uxtal gimió.Ya había demostrado que no era capaz de hacerlo.—Yo ya le he dado esa orden —dijo Hellica aspirando—.Durante años me ha fallado una y otra vez.—Entonces debe dejar de fallar.Uxtal se retorció las manos.—No es una tarea sencilla.Mundos enteros de maestros tleilaxu trabajaron durante los tiempos de la Hambruna para perfeccionar ese complejo proceso.Yo soy un hombre solo, y los antiguos maestros no compartieron sus secretos con los tleilaxu perdidos.—Volvió a tragar.Sin duda la Cofradía ya lo sabía, ¿no?—Si tu gente es tan ignorante, ¿cómo es posible que crearan unos Danzarines Rostro tan superiores? —preguntó el navegador.Uxtal se estremeció, porque (ahora) sabía que su gente no había creado ni a Khrone ni a su raza superior de cambiadores de forma.Por lo visto, se los habían encontrado en la Dispersión.—No me interesan los Danzarines Rostro —espetó Hellica.Siempre le había parecido que estaba en malos términos con Khrone—.Me interesan los beneficios de la melange.Uxtal tragó.—Cuando todos los maestros murieron, sus conocimientos murieron con ellos.He trabajado con diligencia para recuperar esa técnica.—No mencionó que las Honoradas Matres eran responsables de la pérdida de aquellos secretos.Hellica no se tomaba muy bien las críticas, ni siquiera las veladas.—Entonces enfoca el asunto de otra forma.—Edrik soltó las palabras como un golpe—.Trae a uno de ellos de vuelta.La idea sorprendió a Uxtal.Ciertamente, podía utilizar un tanque axlotl para resucitar a alguno de los maestros, siempre y cuando tuviera células viables.—Pero… están todos muertos.Incluso en Bandalong, los maestros fueron asesinados hace muchos años.—Pensó en el joven barón y en Hellica alimentando alegremente a los sligs con miembros de sus cuerpos—.¿Dónde encontraremos células para un ghola?La Madre Superiora dejó de andar arriba y abajo como un tigre y se volvió hacia él como si quisiera asestarle una estocada fatal.—¿Eso es lo único que necesitabas? ¿Unas pocas células? ¿Trece años y no me has dicho que solo necesitabas unas cuantas células para resolver el problema? —Las motas naranjas de sus ojos se encendieron como ascuas.Él se encogió.Nunca se le había ocurrido.—¡No pensé en esa posibilidad! Los maestros desaparecieron…Ella le rugió.—¿Es que nos tomas por estúpidas, hombrecito insignificante? Jamás prescindiríamos de algo tan valioso.Si me garantizas que el plan de los navegadores puede funcionar, si podemos crear melange y vendérsela a la Cofradía, te daré las células que necesitas.La enorme cabeza de Edrik se movió arriba y abajo detrás de las paredes de plaz, y sus ojos saltones miraron furiosos al investigador tembloroso.—¿Aceptas el proyecto?—Lo aceptamos.Este tleilaxu perdido trabaja para nosotras, y si vive es solo porque nosotras queremos.Uxtal aún estaba aturdido por la revelación.—Entonces… ¿alguno de los antiguos maestros sigue con vida?La extraña sonrisa de Hellica le asustó.—¿Con vida? En cierto modo.Con la bastante vida para proporcionarte las células que necesitas.—Hizo la reverencia de rigor ante Edrik y cogió a Uxtal del brazo—.Te llevaré hasta ellos.Debes empezar enseguida.* * *Mientras bajaba con la Madre Superiora al nivel inferior del palacio expropiado de Bandalong, el hedor era cada vez más intenso.Iba dando traspiés, pero ella lo arrastraba como si fuera una muñeca de trapo.Aunque las Honoradas Matres se ataviaban con coloridas telas y adornos estrafalarios, no eran especialmente limpias ni escrupulosas.A Hellica no le molestaba el hedor que salía de las sombrías cámaras que había allí delante; para ella solo era el olor del sufrimiento.—Aún están vivos, pero no conseguirás nada de sus mentes, hombrecito.—Con el gesto, Hellica le indicó que pasara delante—.No los conservamos para eso.Con paso vacilante, Uxtal entró en la sala oscura.Oía sonidos barboteantes, el susurro rítmico de respiraciones, sonido de bombeo.Le recordaba la guarida ruidosa de alguna bestia repulsiva.Una luz rojiza se filtraba desde los paneles de luz situados cerca de la puerta y el techo.Mientras sus ojos se adaptaban a la escasa claridad, trató de respirar superficialmente para evitar las arcadas.Y vio a veinticuatro pequeños hombres, o lo que quedaba de ellos [ Pobierz całość w formacie PDF ]

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